ANTÍGONA ¿INTRATABLE O INNOMBRABLE?
Esa zona o frontera, donde Lacan en su seminario sitúa a Antígona, Butler la llama uno de «los puntos ciegos» del comentario lacaniano y, por ello, la hace una contrafigura desestabilizadora del género [undoing gender] convocada por una escena de interpelación confesional, en la que ella debe dar cuenta de sí misma y en la que posteriormente, esta misma autora deslindará al psicoanálisis de este mandato social de la confesión y del secreto.